Este sello representa la identidad espiritual y geográfica del Monasterio Benedictino de Las Condes, en plena cordillera de los Andes. La inscripción circular evoca la vida monástica como camino de comunión, centrado en la contemplación del misterio trinitario.
La concha del peregrino, ubicada en la parte superior, vincula el monasterio con la tradición del Camino de Santiago, señalando que todo creyente es también caminante interior. En el centro, la expresión “Via Andinensis” nombra el sendero espiritual que nace en los Andes y se proyecta hacia Compostela, uniendo continentes, culturas y corazones en una misma búsqueda de trascendencia.
Las montañas, en la base del sello, simbolizan el arraigo, la elevación y el silencio fecundo del entorno. En ellas, el monasterio encuentra su morada: lugar de oración, acogida y contemplación.
Este sello no solo identifica un lugar. Es signo de pertenencia a una vía mayor: la del espíritu que camina, se eleva y se transforma.